Sentada en la esquina de uno de esos lugares donde sacan fotocopias, a al espera de un libro observo la entrada de un extraño viejito. Al divizarlo siento dos emociones antónimas: que me esta partiendo el alma y al mismo tiempo me pone feliz.
Era de estos señores mayores que se notan que tienen una edad avanzada, contándoselas por sus arrugas en sus manos, brazo, cara e incluso mirada
Estaba todo sucio, se notaba que venía de trabajar podando algún jardín de cualquier persona acomodada, deducido porque obviamente tenia utencilios relacionados a tal labor.
Llegó como desorientado pero que sabia realmente a donde iba.. Miraba a todos lados
Se sento pasientemente a esperar que lo atendieran
Y nadie lo atendia
Y se veia cansado
Al atenderlo le dijeron que necesitaba cambiar la papeleta de cincuenta pesos de oro pesos a monedas
Y caminando hacia la otra caja que tenía el establecimiento, se topo que en el piso había de estas huella de viniles, que colocan como publicidad o para guiar un camino en el piso
Y el empezó a pisarlas, dando una especie de brinquitos o saltitos, pero que no eran eso exactamente por que su vejez no le permite realizar esos movimientos bruscos.
Cuando por fin arrivo al mostrador y le cambiaron sus monedas, se devolvió, pisando las mismas huellas de vinil, pero esta vez en la vía que iban y casi acabando de sus saltos improvisados mira hacia arriba, como distraído y comienza a caminar como si no hubiese hecho nada
A todo esto, no ha pronunciado una palabra
Se detiene 2 pasos frente a mi y contempla a la pareja que utiliza el ordenador a mi derecha, luego de 2 segundos prosigue a su destino
Entregando las monedas a la joven de la cafetería improvisada de madera que hay en Mr. Copy
Lo que me llamo la atención de él, es que aun con su vejez totalmente no disimulada por sus arrugas, aún trabaja
Se ve que es un hombre digno, que siempre ha trabajado.. Un héroe de la vida cotidiana..